Las tarjetas revolving, también denominadas tarjetas abusivas, son un tipo de tarjetas de crédito que permiten aplazar el pago de las compras para, en lugar de pagar a mes vencido como en una tarjeta de crédito o al contado como en una tarjeta de débito, pagar las compras a plazos aplicando intereses. Aunque tengan formato de tarjeta, se instrumentan como un crédito al consumo.
Este producto de crédito ha ganado popularidad gracias a su flexibilidad y, sobre todo, lo lucrativo que resulta para las entidades financieras que las emiten. Los intereses a aplicar en una tarjeta revolving pueden incluso superar el 25% TAE, lo que según multitud de sentencias judiciales implica usura. Es por esta práctica usuraria por la que en muchos círculos se denomina a las tarjetas revolving como «tarjetas abusivas».
Por ese motivo, la Ley de 23 de julio de 1908 de Represión de la Usura se ha convertido en una herramienta vital para que los clientes afectados por las tarjetas revolving puedan recuperar su dinero.
Puedes reclamar la nulidad del contrato de este tipo de tarjetas de crédito y la devolución del exceso de intereses pagados. Si quieres saber cómo reclamar, dependerá de que te veas en una u otra de estas dos situaciones:
- Si el dinero pagado es más de lo prestado: Puedes reclamar judicialmente la nulidad del contrato y el exceso de capital más los intereses, el seguro y comisiones que te hayan cobrado.
- Si todavía no has pagado lo prestado: Puedes reclamar judicialmente la nulidad del contrato de la tarjeta de crédito y la devolución de los intereses, el seguro y las comisiones; y abonar a las entidades financieras el capital prestado que te quede por pagar.
Reclamaciones judiciales de tarjetas revolving
Para reclamar judicialmente por una tarjeta Revolving si es necesario contar con un abogado y un procurador. Lo primero que hará el abogado si no lo ha hecho el cliente ya es formalizar una reclamación extrajudicial, con intención de que el afectado recupere lo que le pertenece sin tener que llegara juicio. Cuando viene de un abogado suelen contestar antes y en ocasiones ofrecen buenos acuerdos con el fin de no llegar a juicio porque con una sentencia en contra, además de devolver al cliente lo que les corresponda muy probablemente tengan que pagar las costas y les saldría más caro. En caso de no ofrecer pacto, solo con solicitarlo ya estás demostrando buena fe, agotando las vías administrativas pertinentes para no llegar a juicio.
Si no hay acuerdo, se pone una demanda, que tiene que ser admitida a trámite por el juzgado. En estos casos el proceso se alarga porque dependerá de la carga de trabajo que tenga cada juzgado. Una vez admitida se señalará la fecha del juicio, que también tardará unas semanas. Una vez celebrado, la sentencia tarda poco en conocerse.
Por suerte existe una jurisprudencia muy clara y sólida en cuestión de Revolving. El abogado diseñará la estrategia judicial a seguir con los instrumentos legales necesarios en cada caso. Usura, falta de transparencia, vicio en el consentimiento…