El cártel de los coches es un acuerdo secreto entre competidores, en este caso, fabricantes de coches, para no ‘competir’ e inflar, como resultado, el precio de venta de los coches. Estuvo operativo desde febrero de 2006 hasta agosto de 2013, tal y como se ha demostrado en los tribunales. Por lo tanto, aquellos que adquirieran un vehículo de alguno de los fabricantes involucrados durante este periodo podrían estar afectados.
Se puede reclamar independiente del estado ‘administrativo’ del vehículo, ya que lo que se mide es el daño provocado por su compra, no si actualmente el vehículo está en uso. Tanto como si el coche está dado de baja o vendido, se puede reclamar. Para ello es necesario conservar toda la documentación y comprobar si estamos entre los afectados.
La cuantía de la indemnización se calcula como la diferencia entre el precio pagado por el vehículo y el precio que se debería haber pagado, es decir, si el cártel no hubiese existido. Este cálculo es más complicado de lo que puede parecer y, para ello, es necesaria la realización de un informe pericial. Este paso es muy importante, ya de que este informe depende el éxito de la reclamación y si está incompleto o con errores podría provocar la desestimación de la misma.